martes, 9 de septiembre de 2008

Las consecuencias de una población global senil serán macroeconómicas.

La infraestructura económica mundial requiere una revolución para enfrentar los retos que impondrá la senectud, pues cada vez más aumenta el número de países cuya población será mayoritariamente de viejos; en contraste, la tasa de fecundidad va a la baja.
Considero que este problema se debe comenzar a solucionar pues de lo contrario las consecuencias macroeconómicas que se generen, no serán para los ancianos sino para nosotros quienes somos las nuevas generaciones.

Sin duda alguna este problema abarca muchos aspectos, por ejemplo, debemos comenzar a analizar la construcción social de la vejez, es decir, de lo que el individuo debe de hacer desde la etapa de trabajador para asegurar su futuro.

Otro punto seria que en muchos países, la falta de recursos económicos para sobrevivir, obliga a las mujeres a buscar empleos para mejorar profesional y económicamente, y es evidente que ésta olvida o deja a un lado cualquier proyecto de formar una familia, originando un decrecimiento de población infantil. Por tanto en un futuro no muy lejano la mayoría de la población sobrepasara los 50 años y casi no habrá nacimientos.

1 comentario:

Gustavo dijo...

Es correcto, este tema da para mucho, particularmente la reforma en el sistema de pensionados del issste va en ese sentido. Por què no abundas más en esta problemática.